Los Trolls de las Montañas son criaturas que habitan en la Tierra Media, un universo creado por J.R.R. Tolkien en sus obras literarias. Estos seres, también conocidos como «Piedra- trolls», se caracterizan por su gran tamaño y fuerza, así como por su piel dura y resistente. A menudo se les describe como seres grotescos y de aspecto tosco, con rasgos faciales deformados y una gran cantidad de pelo en su cuerpo.
En el universo de la Tierra Media, los Trolls de las Montañas son conocidos por su habilidad para trabajar la piedra y la roca, lo que les ha permitido construir impresionantes fortalezas y estructuras a lo largo de las montañas. Sin embargo, también son famosos por ser criaturas peligrosas y violentas, que atacan a cualquier ser vivo que se acerque demasiado a sus dominios.
A lo largo de las obras de Tolkien, los Trolls de las Montañas juegan un papel importante en muchas de las historias y aventuras que se desarrollan en la Tierra Media. A menudo actúan como antagonistas, enfrentándose a los héroes y personajes principales en batallas épicas y peligrosas. A pesar de su reputación como criaturas peligrosas, algunos personajes también han aprendido a convivir con ellos y utilizar su habilidad para trabajar la piedra en beneficio propio.
Los Trolls de las Montañas en detalle
Según la mitología, los Trolls de las Montañas fueron creados por Morgoth, el primer Señor Oscuro, en la Primera Edad del Sol. Morgoth los creó para que fueran sus soldados en la guerra contra los elfos y los hombres. Los Trolls de las Montañas eran muy temidos por su fuerza y su tamaño, y pocas criaturas podían hacerles frente en combate.
En «El Hobbit», los Trolls de las Montañas son descritos como criaturas tontas y groseras que disfrutan de la comida y el saqueo. Bilbo Bolsón y los enanos son capturados por tres Trolls de las Montañas, pero logran escapar gracias a la astucia de Bilbo.
En «El Señor de los Anillos», los Trolls de las Montañas son aliados de Sauron y luchan en la Guerra del Anillo contra los ejércitos de la Tierra Media. En la Batalla de los Campos del Pelennor, los Trolls de las Montañas son derrotados por los Rohirrim y sus olifantes.
Orígenes y características
Los Trolls de las Montañas son criaturas que habitan en la Tierra Media de la obra de J.R.R. Tolkien. Estas criaturas tienen una naturaleza maligna y son conocidas por su gran tamaño, fuerza y resistencia. Se cree que fueron creados por Morgoth, uno de los villanos principales de la obra, como una especie de burda imitación de los Ents, seres vivos que protegen los bosques de la Tierra Media.
Los Trolls son conocidos por su piel dura y gruesa, que les permite resistir muchos golpes y daños. Además, tienen una gran fuerza física, lo que les permite levantar grandes rocas y árboles con facilidad. Aunque son criaturas grandes y fuertes, también se sabe que son bastante estúpidas y pueden ser fácilmente engañados por seres más inteligentes.
Una de las características más distintivas de los Trolls de las montañas es su sensibilidad a la luz del sol. Se dice que los Trolls son criaturas nocturnas y que temen la luz del día. Cuando se exponen a la luz solar directa, se convierten en piedra, lo que los hace vulnerables y fáciles de destruir.
En la obra de Tolkien, los Trolls son conocidos por su violencia y crueldad. Se dice que disfrutan de la matanza y la tortura, y que a menudo cazan a humanos y otras criaturas para alimentarse. A pesar de su naturaleza malvada, los Trolls también son conocidos por su gran sentido del humor y su amor por las canciones y la música.
- Licencia oficial
- Colgante
- Acero inóxidable
- El señor de los anillos
- Réplica exacta
¡Vaya, los Trolls de las Montañas en la Tierra Media! ¿Quién necesita Pokémon cuando tienes a estos grandullones?
¡Estoy flipando con estos trolls de las montañas en la Tierra Media! ¿Alguien más cree que son los mejores personajes secundarios en la trilogía?
En mi opinión, los trolls de las montañas son solo personajes secundarios sin mucho impacto en la trilogía. Hay otros personajes mucho más interesantes y relevantes. Pero cada quien tiene sus gustos, ¿no?